miércoles, 10 de julio de 2013

Espaguetis con tinta de calamar.

En casa somos unos amantes de la cocina italiana. Tanto, tanto, que tuve una época en la que se convirtió en una verdadera obsesión. Y es que no sólo me encanta la pasta, la pizza y risottos, en todas sus formas (que existen infinitas), sino que estoy completamente enamorada de TODO lo relacionado con la gastronomía italiana, ya sea desde sus ensaladas, aliños, hasta los postres y helados, que sin duda son los mejores del mundo. Además tenemos la suerte de que al compartir clima, podemos disponer de los mismos ingredientes: con nuestro aceite de oliva, los productos de la huerta, las hierbas aromáticas, y un buen vino tinto... No tenemos excusa para vestir nuestra mesa y transladarnos hasta la misma Roma en cualquier momento que lo veamos necesario. Lo digo así porque para mí, a menudo, se convierte en una necesidad.

Bueno, después de confesaros mi debilidad culinaria, voy a ir al grano y contaros la receta que he preparado hoy. Se trata de un plato de pasta ligerito y nutricionalmente hablando bastante completo.
El único ingrediente que necesitas es una sepia, o calamares y unos sobrecitos de tinta de calamar. Si los moluscos son frescos, y puedes retirar la bolsita de tinta sin que se rompa, pues mejor que mejor. Pero si no es el caso, con un par de bolsitas de tinta de calamar que venden en la sección de congelados en el supermercado, bastará.

INGREDIENTES.
500g de espaguetti.
500g de calamares o sepia.
Un chorrito de aceite de oliva.
1 diente de ajo picado.
3 cucharadas de perejil fresco picado.
1-2 guindillas rojas secas.
Un vasito de vino blanco (de los de café cortado).
Un tomate rallado.
Sal.
90mL de agua caliente.

Primero preparemos los moluscos, limpiándolos, retirando la bolsita de la tinta con cuidado de no romperla, y eliminando la pluma cartilaginosa del interior. Trocea los cuerpos y los tentáculos.

Calienta aceite en una sartén, a fuego medio. Añade el ajo, y dóralo. Agrega los trozos de calamar o sepia, 2 cucharadas de perejil y la guindilla. Agregar el vino blanco, tapa y cuece todo durante 20 minutos o hasta que todo el líquido se evapore.

Añadir el tomate rallado y sofreír, con fuego más fuerte hasta que se evapore todo el agua. En la receta original, se añade una cucharada de concentrado de tomate, pero es un producto que no tengo nunca. Prefiero utilizar siempre ingredientes lo más naturales posible. Así que le he añadido nun tomate pequeño rallado (un par de cucharadas) y he dejado reducir.

Una vez se haya evaporado todo, introduce la tinta, el agua caliente y deja cocer el conjunto a fuego suave durante unos 20 minutos. Rectifica el sazonamiento.

Mientras pon en una cacerola agua con sal y cuando empiece a hervir, introduce la pasta hasta que esté al dente. Esto depende del tipo de pasta. Normalmente el fabricante informa en el envase cuál es el tiempo de cocción óptimo.
Una vez tengas la pasta en su punto, escúrrela, y anádela a la sartén donde tenemos la salsa. Remueve bien.
Servir caliente, aderezando con el perejil restante.

Aquí es cuando me pillais, que no tenía perejil fresco. Así que he prescindido de él para hacer la receta, y he decorado con una hoja de albahaca. No tiene nada que ver con el plato, pero bueno, queda bonito.Jejeje... hasta pronto!



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