lunes, 10 de marzo de 2014

Semifrío de mango.



 
 
Buenas!! En la receta que os traigo hoy, después de varios intentos fallidos (aunque "comibles" ) finalmente he conseguido encontrar el equilibrio entre nata, gelatina y fruta. Y es que, además de que los semifríos y mousses hay que tener bastante cuidado con estas proporciones, tenemos que considerar que algunas frutas presentan algunas complicaciones en este tipo de elaboración, ya que la gelatina no responde siempre de la misma forma. Entre ellas encontramos el kiwi, la piña, y el mango. Unas frutas que siempre tendremos que cocinar antes de añadir este estabilizante para que pueda actuar en ellas y así obtener el resultado deseado.
Mi postre está compuesto por un bizcocho ligero al cacao, bien caladito de un almíbar aromatizado con ron, y un mousse de mango. Finalmente le he puesto una gelatina para darle un acabado brillante, y lo he decorado con un poco de cacao en polvo mediante unas plantillas que he encontrado en los "chinos".

 
 
 
 
 
 
Menudo invento!! Es que cuando las he visto entre los moldes de silicona no me he podido resistir!!
 
Si las hubiera encontrado antes...Cuántas veces estás haciendo una tarta sencilla y no sabes cómo terminarla para que te quede bonita sin tener que elaborar ni glaseados, ni baños de chocolate...? Es que si no, parece que están sin terminar!! Pues aquí tengo la solución. Puedes cubrir con azúcar glass y luego con la plantilla con cacao en polvo. O al revés. El caso es que le da un acabado sencillo, elegante y rapidísimo!! Por un pavo!!!! no puede ser!!! Además el paquetito trae 4 plantillas distintas y reutilizables. En fin que no podía desaprovechar la oportunidad. Y estaba deseando estrenarlas!
 
La verdad es que en esta tarta, hubiera quedado mejor poniéndole unas láminas de mango en forma de abanico y luego cubrir toda la superficie con la gelatina. Pero el mango que he utilizado lo tenía ya troceado y congelado, así que esta opción me ha resultado imposible. Suelo aprovechar cuando voy al mercado para comprar algunas frutas que están muy maduras y baratas para luego hacer mermeladas, salsas, coulís o algún que otro mousse. Ya no porque sean más baratas, sino porque normalmente están  en plena temporada y por tanto su calidad y punto de maduración son las mejores, y  en otro momento puede ser difícil encontrar. Así que tenía esos mangos tannnn maduritos en el congelador esperando una ocasión especial. Y hoy ha sido el día.
 
BIZCOCHO PLANCHA AL CACAO.
- 4 huevos.
- 140g de azúcar.
- 80g de harina floja.
- 40g de cacao en polvo.
 
Primero montamos los huevos en la batidora hasta obtener una crema con bastante cuerpo. Añadimos el azúcar poco a poco y en forma de lluvia, mientras seguimos batiendo.
Terminamos mezclando a mano y con mucho cuidado para que no baje el batido la harina y el cacao previamente mezclados.
Colocamos en una bandeja un papel de horno, y vertimos el batido sobre el papel. Alisamos si fuera necesario mediante una espátula y horneamos a 235ºC de 4 a 6 minutos.
 
Cuando saquemos del horno la bandeja, ponemos rápidamente y antes de que se enfríe, otra hoja de papel en la superficie de trabajo. Cogemos el bizcocho con ayuda del papel donde se ha horneado y le damos la vuelta sobre el otro papel , como si fuera una tortilla. De esta forma podremos despegar sin ningún problema el papel que se ha adherido en el bizcocho durante la cocción. No se si me habré explicado... lo siento. En el siguiente bizcocho que haga, os mandaré un vídeo. Lo prometo ;)
 
MOUSSE DE MANGO
 
- 500mL de nata para montar, 35%m.g.
- Unos 300g de mango (ya pelado y sin hueso).
-  50-70g de azúcar.
- Unas gotitas de zumo de limón.
-4 hojas de gelatina.
-1 sobre de cobertura para tartas (gelatina en polvo) para darle el acabado.
 
En un cazo coloca el mango troceado. Y deja cocer bien con unas cucharadas de azúcar (al gusto), y unas gotitas de zumo de limón. Como si fuera una mermelada. Deja cocer unos minutos, removiendo de vez en cuando. Comprueba el punto de acidez y añade más azúcar si hiciera falta.
Cuando esté hirviendo añade 4 hojas de gelatina previamente hidratadas y disuélvelas. Pasa por un turmix y luego por un chino o tamiz para eliminar las posibles hebras que puedan haber, ya que el mango es una fruta muy fibrosa. Deja enfriar un poco, más o menos 38ºC. (Comprueba con el dedo que no queme, pero que no esté más frío).
Por otro lado, montaremos la nata. Añadiremos primero un par de cucharadas de nata en la "mermelada" de mango para que cojan la misma temperatura y no cuaje la gelatina . Luego iremos añadiendo poco a poco el resto de nata con mucho cuidado que no pierda volumen.
 
 MONTAJE.
 
Colocamos sobre la plancha de bizcocho un aro de repostería del tamaño deseado, y presionamos para obtener así un disco de bizcocho que será la base de la tarta.
Colocamos sobre un papel de horno, el aro con la base de bizcocho dentro.
Mediante un pincel de silicona lo empaparemos con un almíbar ligero, y luego rellenamos el molde con el mousse. Reservamos cubierto con plástico transparente en el congelador.
Una vez semicongelado, cubrimos con el brillo de cobertura y volvemos a meter en el congelador (TAPADO!!) hasta unas 4 o 5 horas antes de su consumo.
 
Para poder degustar este tipo de postres en "su punto", tiene que estar frío, pero sin estar congelado. Eso mismo es lo difícil de conseguir en casa, ya que la nevera lo mantiene a unos 4 o 6 ºC, y a esta temperatura ya no está tan frío como tendría que estar.
Bueno, todo es ir probando y cogiendo los tiempos hasta obtener la temperatura óptima. Yo lo que he hecho ha sido sacarlo a las 11 del congelador y meterlo en la nevera. Así a las 15,30h, después de comer estaba perfecto!!!
 
Tanto, que no he podido hacer una foto al completo de la tarta. Con lo bonita que había quedado mi plantilla :(((
 
Pero bueno, aquí tenéis una porción para que os hagáis idea del corte, y la textura conseguida.

 
 
 
 
 
 


jueves, 20 de febrero de 2014

Arroz a la milanesa.

El arroz, ese ingrediente que no deja de sorprenderme por su gran versatilidad. Y es que una vez que le coges el punto, no puedes parar de probar combinaciones!! Además de ser el plato estrella para reuniones numerosas, ya que gusta a todos, es fácil de servir y prácticamente no ensucias nada. Incluso si marcas bien el arroz, puedes olvidarte de él hasta el último momento que únicamente faltará cocinarlo.
Bueno, pues esta es otra forma de preparar el arroz, que se sale un poquito de la norma. Así que anímate que seguro que repetirás. Porque es fácil, barato, y está buenísimo!!!


INGREDIENTES. (6pax)
- 250g de carne picada.
-Un buen taco de jamón serrano. Te puedes apañar con una punta de esas que venden en la charcutería a precio más que asequible.
- 500g de arroz.
- Unos 50g de guisantes congelados.
-1/2 cebolla.
-1/4 de pimiento rojo.
-1 diente de ajo.
- 2 tomates maduros.
- 1L de caldo de ave, o del cocido previamente desgrasado.
- Queso rallado para gratinar.
- Pimentón dulce.
- Colorante alimentario.
-Sal.
-Aceite de oliva.

Primero freiremos la carne picada con un poco de aceite de oliva en la paella donde vayamos a cocinar el arroz. Cuando ya esté casi, añadimos el jamón que lo habremos cortado en brunoise. Salteamos todo junto y reservamos aparte.

Por otra parte colocaremos en un cazo el caldo a calentar para tenerlo a punto en el momento que lo necesitemos.

Aprovecharemos el mismo aceite de saltear la carne y el jamón para preparar el sofrito. Ponemos la cebolla rallada. cuando la cebolla quede transparente añadimos el pimiento cortado también en brunoise. Añadimos los guisantes, y cuando empiecen a dorarse, medio diente de ajo muuuuuy picado o rallado. Si en algún momento tenemos que añadir más aceite de oliva, pues lo hacemos.

Cuando empiece a coger color, agregamos el pimentón y seguidamente el tomate. Dejamos cocinar bien el sofrito, y devolvemos la carne y el jamón de nuevo a la paella. Le damos unas vueltas al conjunto y  por último salteamos también el arroz.
 Cuando se haya frito un poco, añadimos el colorante, le damos unas vueltas, y el caldo bien caliente. Rectificamos sazonamiento y dejamos cocinar hasta que el caldo se consuma por completo.

Unos mimutitos antes de terminar la cocción del arroz, espolvoreamos el queso rallado por encima de la paella, y finalmente dejamos reposar tapado unos 5 minutos mínimo.



Con este plato convertirás cualquier lunes en un día especial!!

domingo, 16 de febrero de 2014

Alubias con langostinos.

Después de una semana a unas temperaturas más que primaverales, el tiempo vuelve a su normalidad para recordarnos que todavía estamos en invierno. Y qué mejor que un buen plato calentito para templarnos? Alubias con langostinos. Un guiso de legumbres más Mediterráneo que de costumbre, con todos los aromas de nuestra Tierra.





INGREDIENTES.
- 400g de alubias de riñón (de esas blancas y mantecosas).
-300g de langostinos crudos.
- 1 tomate maduro.
- 1/2 cebolla.
- 1 trozo de puerro.
-1/2 zanahoria.
-2 dientes de ajo.
-Un chorrito de brandy.
-200mL de caldo de pescado.
- Pimentón dulce.
-Colorante alimentario.
-Un poco de cayena.
-Sal, aceite de oliva.

La noche anterior pondremos a remojo las alubias en agua fría.

Enjuaga las alubias, y cúbrelas de nuevo con agua fría y ponlas a cocer a fuego medio alto, durante una hora o hora y media. Hasta que estén bien tiernas.
Pelamos los langostinos o gambones y reservamos los cuerpos en la nevera. Las pieles y cabezas las utilizaremos en el sofrito.

Yo suelo trabajar con un rallador a mano y voy rallando ingredientes y añadiéndolos al sofrito. Así no tengo que estar picando a cuchillo y queda todo finito. De esta forma, tras la cocción no me encuentro ni la cebolla ni el ajo,. ni nada de nada.

De vez en cuando controlaremos el fuego, porque depende qué tipo de alubias se cocinan más o menos antes. Y si el agua hierve a borbotones, corremos el peligro de que se nos pelen, y esto echará
a perder todo!!!

Ahora empezamos a preparar el sofrito. Primero rallamos la cebolla. La pochamos con un poco de sal para que sude bien. A media cocción, agregamos el puerro. Bien cortadito. Seguimos rehogando. Añadimos la zanahoria rallada. Dejamos cocinar unos minutos.
Agregamos todas las pieles y las cabezas de los langostinos. Y las cocinamos bien, a fuego fuerte hasta que cojan muy buen color.
Cuando ya las tengamos bien doraditas, añadimos un chorrrito de brandy y flambeamos, o dejamos reducir.
Añadimos medio diente de ajo rallado. Y antes de que empiece a dorarse, el pimentón dulce y seguidamente el tomate. En este punto tenemos que "aguantar" bien el sofrito para que el tomate se haga bien. Este es el secreto de un buen sofrito!! Una vez veamos que el tomate ha soltado todo el agua, añadimos el caldo de pescado y dejamos cocer unos cinco minutos. Con ayuda de un mazo, aplastamos las cabezas de los langostinos para que suelten todo el jugo, y se mezclen bien los sabores.
Trituramos con el turmix, y colamos. Obtendremos un caldo más o menos espeso con un montón de sabor.

Una vez cocidas las alubias, las escurrimos con cuidado (incluso con una espumadera si ves que están muy blanditas), las cubrimos con el caldo anterior y las dejamos cocer un ratito más todo junto. Si fuera necesario alargar, podemos añadir un poco de agua de la cocción de las alubias.

Por último, freímos el resto de ajo laminado y la cayena en una sartén con un poco de aceite y añadimos los cuerpos de los langostinos que saltearemos hasta que cojan colorcito. Y los colocamos  por encima de las alubias en el momento de servir.

jueves, 13 de febrero de 2014

Panna cotta de hierbabuena con miel de Naranjo y almendras caramelizadas.

Buenas noches!! Menudo descubrimiento os traigo hoy!! Llevaba muchos días pensando en hacer una panna cotta algo distinta. Sobre todo después de oir hablar de la panna cotta de lima, de after eight,... y es que últimamente se ve que están muy de moda. Y tenía un antojo de panna cotta!!! que hasta que no la he hecho no he parado!
Yo no sé las demás pero la de hierbabuena ha sido espectacularr!! Suave, como todas, pero tan sutil y elegante...dulce pero a la vez refrescante... en serio si tenéis la oportunidad, aprovechar y poneros manos a la obra.
 
 
Está buenísima!! Y lo mejor de todo es que en menos de 15 minutos la tienes. Eso sí, os advierto que al tener un sabor que no estamos habituados a encontrarlo en postres,  mejor lo dejemos para paladares adultos. Lo más costoso ha sido encontrar los elementos que equilibren y realcen la hierbabuena. Así que una vez he tenido las panna cottas delante mía, me ha tocado probar con distintas salsas, y elementos para ver con cuál me quedeba. Ni chocolate, ni frutos rojos, ni fresas, ni caramelo... Al final con un poco de miel y almendras. Si es que me parecía que estaba tomándome un té en Marruecos, con esas pastas que sirven...
 Y así es como más me ha gustado. La verdad es que estoy muy contenta con el resultado y el contraste tanto de sabores como de texturas que he encontrado. Ah!! Se admiten sugerencias. Así que si hacéis la receta ya me contaréis!!!
 
INGREDIENTES.
-450 mL de nata 35%m.g.
-4 cucharadas de azúcar.
-15g de hierbabuena fresca.
-3 hojas de gelatina de las de Vahiné, que son algo más grandes que de otras marcas.
- un chorrito de grappa. (opcional).
 
- Un chorrito de miel de Naranjo.
- Unas almendras tostadas, agua y azúcar, o bien un trozo de guirlache de almendra.
En primer lugar pondremos a hidratar las gelatinas en agua fría.
Cogemos un cazo y ponemos a calentar la nata, con el azúcar para que se disuelva bien y las hojas de hierbabuena. Antes de que empiece a hervir apagamos el fuego y dejamos infusionar unos minutos.
Pasamos el turmix, para triturar lo máximo posible las hojas y luego colamos para obtener una nata fina y perfectamente aromatizada. Yo incluso he presionado con una cuchara las hojas de hierbabuena en el colador.
 
 


Vuelve a colocar el cazo en el fuego y disuelve las hojas de gelatina previamente secadas con papel de cocina.
Una vez lo tengas vierte directamente en los moldes y tápalos con papel transparente.
Déjalos enfriar en la nevera durante 4 horas mínimo para que cojan la consistencia adecuada, y puedas desmoldar sin ningún problema. Incluso de un día para otro, mejor.

 
Una vez completamente frías las panna cottas, desmolda en el plato, y acompaña con un poco de miel y unas almendras caramelizadas.
Para prepararlas, coge un cazo, echa un poco de agua y azúcar y prepara un caramelo rubio. Añade las almendras cuando empiece a hervir. Cuando adquiera cierta consistencia, vierte en caliente sobre un tapete de silicona y trocea mediante un mazo o en el mortero. También puedes triturar directamente un trozo de guirlache de almendra en un mortero. La verdad es que merece la pena (mucho!!) porque aporta una nueva textura al plato y un toque amargo.
 
 
 

domingo, 9 de febrero de 2014

Ensalada de rúcula con fresas maceradas.


 A menos de una semana para San Valentín, seguro que estás pensando en qué menú vas a preparar para sorprender a esa persona tan especial... A lo largo de la semana intentaré publicar algunas recetas que estén a la altura de esta celebración. De momento, aquí tienes una idea fácil, bonita y con mucho colorido, ideal para esta noche, y que seguro que repetirás.
Así que aprovecha la temporada y atrévete con ésta propuesta tan original!!

INGREDIENTES (2 PAX).
-50g de rúcula.
-5 o 6 fresas.
-Un puñadito de frutos secos.
-Unas lascas de parmesano.
- Un par de cucharadas de Vinagre de Módena.
-Aceite de oliva.
-Sal, azúcar, pimienta.


En un bol, corta a láminas las fresas, y échales el vinagre, la sal, una pizca de azúcar y el aceite de oliva.
Déjalas macerar durante unos 30 minutos.
A la hora de servir la ensalada, escurre las fresas y reserva todo el jugo, que utilizaremos como vinagreta.
Dispón en un plato la rúcula, sazona, añade un puñado de frutos secos, las fresas maceradas y adereza con la vinagreta resultante de la maceración. Por último coloca unas lascas de parmesano.

Que te parece?? Distinta verdad? Te sorprenderá el contraste de las fresas con el vinagre de Módena.

**Si no tienes parmesano, puedes sustituirlo por unas lascas de queso manchego bien curado, o unos daditos de queso feta.

Masa de coca.

Si quieres hacer un poco de limpieza en la nevera ésta es una forma distinta y sabrosísima de aprovechar todo lo que tengas por ahí. Además de ser una receta muuuy tradicional, una de esas que no pasan nunca de moda, y que siempre quedará bien como entrante, o para una cena informal, con una ensalada o  un poco de embutido, y no mucho más. Se trata de la versión valenciana de la tan conocida receta italiana: la pizza. Una receta que ha pasado generación tras generación, en todos y cada uno de los rincones de nuestra comunidad.
En esta ocasión le he puesto una escalivada que tenía preparada, pero con un poco de tomate, atún, un par de huevos cocidos, unos pimientos,... o si no unas longanizas a rodajitas... en fin lo que se te ocurra le irá bien. Lo importante es conseguir una masa fina, doradita y crujiente.



INGREDIENTES.
-1 medida de aceite.
-2 medidas de cerveza.
-Harina la que admita.
-Sal.

En un bol, introduce el aceite, la cerveza, y ve añadiendo la harina poco a poco, trabajando la masa, hasta que se quede una bola suave y blandita que ya no se queda pegada a las manos. Déjala reposar unos 15 minutos, mientras que el horno se calienta.
Coje una bandeja, y cúbrela con un papel de horno, o sobre un papel de aluminio engrasado con un poco de aceite. Estira la masa con un rodillo, recorta los bordes sobrantes, pincha la superficie, y hornea a 180ºC. El punto de cocción dependerá de lo que le vayas a poner por encima. Como en este caso le voy a poner hortalizas ya cocinadas y cortadas muy finamente, pues la dejé casi  cocinada. Sólo le faltaba coger color cuando la he sacado del horno.
 


Le he colocado la cebolla en juliana, la berenjena, los pimientos, unas cuantas anchoas y unas olivas negras para terminar.
La vuelves a meter en el horno, y ahora si... la dejamos cocer tranquilamente hasta que coja buen color, y los ingredientes terminen de cocinarse juntos.
Ah! le he puesto sal, espolvoreado hierbas provenzales y un chorrito de aceite de oliva. Me hubiera gustado ponerle unas ramitas de romero, pero como no tenía, me he tenido que conformar con el botecito de especias del supermercado.

 



Una receta fácil, económica, tradicional y muy mediterránea!!

viernes, 7 de febrero de 2014

Bacalao sobre cremoso de coliflor.

Holaaa!!! Cómo vamos?? Pues yo aquí liada con unos lomitos de bacalao que traje de las vacaciones de verano, cuando estuve en León. Y es que siempre aprovecho estos viajes para aprovisionarme de aquellas cosas que luego me es difícil adquirir aquí, como son legumbres, conservas, carne, algunos quesos y cómo no, bacalao. Así evito luego más de un disgusto, ya que estoy acostumbrada a la calidad y precios que tenemos en esta zona. Bueno todavía me quedan otros dos lomos en el congelador que los estoy reservando para hacer un arrocito. Menos mal que ya mismo estoy otra vez por allí, porque la verdad es que tengo el congelador...que da penita verlo.

INGREDIENTES (4 PAX).
- 4 lomos de bacalao desalado.
- 1/4 de coliflor.
- 1-2 dientes de ajo, según tu gusto.
- Leche.
-Sal, pimienta, aceite de oliva.

Para preparar el cremoso, pondremos en un cazo el ajo laminado, sin el centro y con un poco de aceite de oliva.
Cuando esté doradito añadimos la coliflor a trocitos y la salteamos un poco. Cubrimos con la leche, salpimentamos y bajamos el fuego para que cueza. si es necesario añadimos un poco de agua a mitad de cocción y dejamos que se termine de cocinar hasta que quede bien blandita. Luego pasamos el turmix y añadimos unos chorritos de aceite de oliva en hilo fino a la vez que batimos, para que quede una crema fina y suave. Si tienes a mano un quesito (tipo caserío) lo añades también, pero esto es opcional. Rectificamos sazonamiento y reservamos.



El bacalao para que quede bien desalado tendremos que ponerlo en agua fría durante aproximadamente 48 horas e ir cambiándola cada 8. De todas formas aconsejo que lo probéis, ya que dependiendo del grosor de la pieza puede necesitar más o menos tiempo.

Para elaborar el bacalao, lo que vamos a hacer es primero calentar aceite en una sartén. Colocamos el bacalao con la piel hacia abajo y lo marcamos bien hasta que quede toda dorada y crujiente. Luego marcamos por el otro lado y terminamos durante unos 8 o 10 minutos en el horno, previamente calentado. Esto también dependerá del grosor de la pieza. La mía tardó algo más. El resultado es espectacular: crujiente por fuera y meloso por dentro, con todo su sabor y una textura suave. Simplemente perfecto!





Pero como a todo el mundo no le gusta la coliflor, o los purés... entiendo que, aunque a mí me haya encantado la receta, no sea "apta para todos los públicos", jejeje, así que aquí tenéis otra idea para presentar esta delicia.
En lugar de colocar el bacalao sobre el puré de coliflor, he preparado una escalivada. Para ello, he metido en la bandeja del horno una berenjena abierta por la mitad, una cebolla y un pimiento rojo bien hermoso al que le he quitado el rabillo y las pepitas. Le vas dando vueltas para que se cocinen bien y en 30 o 40 minutitos ya los tienes. Luego sacas la pulpa de la berenjena, pelas el pimiento y la cebolla, y los desmenuzas. Aceite y sal y listo!!
 


 
 
 
 
 
También añadí unas patatas paja al plato para aportar un toque crujiente al plato y porque me encantan!!
Espero que hayáis disfrutado de la receta!!
Hasta la próximaaaa!